Tenías razón Isabelita
Tenías razón Isabel,
siempre fui un estudiante mediocre,
por decirlo suavemente,
tenía una letra inmadura, pueril,
que salpicaba de faltas ortográficas
tus clases magistralisimas,
de vastos conocimientos
inconmensurables.
Tenías razón profesora,
entonces,
desde tus cabellos rubios teñidos,
de ahora,
tienes mucha más razón.
Fui un borrón pobrísimo en tu expediente
de grandeza inmaculada,
un pedazo de mierda
en tus aulas de bellas flores
culturales,
donde tus pálidos alumnos alienados,
se entregaban a ti,
cual tristes acólitos muertos,
mientras,
yo luchaba con fantasmas inmaduros,
todos vestidos de gris.
Tenías toda la razón
desde tus gordas piernas de walkiria
lúgubre,
desde tu solemnidad de eruditisima criatura...
de mi,
no se podría sacar nada,
cero,
salvo la basura con que manchaba
los oscuros pasillos de tu triste
universidad.
Tenías razón Isabelita
pero ahora, cuando te miro
en esos actos tan importantes que
frecuentas,
sé que me recuerdas...
mientras juzgas el efímero talento
de otros, con el que tú no naciste,
pero soñaste,
me recuerdas,
aunque me olvidaste.
Tenías razón querida,
lo sé ahora, mientras me pregunto
por el día en que te vendiste
por una mediocre plaza de funcionaria...
fría, gélida y rubia...
mi venganza es mirarte,
con el mismo desprecio,
con el que tú me supiste matar.